Estoy contento con el torneo. Contento con la WWE porque se haya atrevido a hacer algo que es de justicia: las luchadoras de wrestling no son floreros, ni su combate no es la pausa obligada de un show largo.
Así ¿por qué no un torneo de wrestling femenino?
Lo de la WWE ha sido tímido comparado con lo que hace Stardom desde el 2011: una empresa íntegra de lucha femenina. Pero la WWE está en USA y no en Japón y la cultura y la tradición es muy diferente. Por suerte, la potencia mediática de la WWE es tal, que cualquier paso, por pequeño que sea que dan, es un gran salto global.
Hay que aplaudir la iniciativa, y yo la aplaudo. He seguido y he “analizado” el torneo desde mi humilde punto de vista. Y al llegar aquí puedo decir que estoy contento. Esperaba combates más duraderos y más oportunidad de lucirse a algunas luchadoras, en especial a alguna que se fue -injustamente por trayectoria y calidad- en primera ronda.
Quizás en un futuro, en lugar de un Best of Super Juniors, habría que hacer un G1 Climax (una liguilla en bloques en lugar de un torneo eliminatorio). Entiendo que un torneo es más asequible, que en un par de días de grabación te sacas todos los combates. Y así lo hace PWG en el Battle of LA o Chikara con el King of Trios. Pero la WWE puede traer 16 luchadoras de todo el mundo y tenerlas un mes en el Performance Center y sacar de ahí un torneo en formato Liga mejor que todo el relleno que hay en sus shows semanales televisivos. Ahí queda eso.
Mejores combates del torneo:
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